Se inauguró días atrás en Chacabuco una nueva dependencia estatal: GenIA (Generadora de Industria Argentina). Según dice la página oficial del Ministerio de Industria de la Nación “Las oficinas GenIA funcionan como centros descentralizadores de la atención del Ministerio de Industria. A través de programas específicos, impulsan créditos flexibles destinados a financiar inversiones productivas, reintegros en los gastos de capacitación de los recursos humanos, consultoría gratuita y beneficios para start-up de emprendimientos”.
Muy buena la intención. Tendría que ser un poco más clara la explicación del objetivo, pero está bien. Nadie se va a detener a leerlo. No importa. Sigamos. Una nueva dependencia estatal implica una infraestructura básica: lugar físico (oficina, pintura, arreglos, muebles, líneas telefónicas, pc, etc.) y recursos humanos (empleados). Esa infraestructura implica fondos que provienen del estado (nacional en este caso). Pero el estado nos dice que no hay plata. Al menos el estado municipal viene llorando pobreza desde que asumió hasta la fecha. Y proclamando que todo lo (poco) que se hace es “gracias a la gestión de…”. Como si la plata saliera de sus bolsillos.
Publicación pedida JGEN